Almudena dejó la gimnasia como quien rompe "con un novio al que has querido con todo el alma pero a quien sabes que ya no puedes dar más". Lo hizo entre lágrimas, en sus cuartas olimpiadas, besando un corazón
que había dibujado con la cinta sobre el tapiz. Ahora cierra etapa
"definitivamente" con su amor ("se lo debía", dice) escribiendo una biografía 'sui generis':
una saga de cuentos en los que narra su aventura rítmica desde que
empezó a entrenar en su pueblo vasco. Las niñas están dejando las
estanterías vacías.
Quedamos en Mediaset, a pocos metros del estudio de 'Pasapalabra' donde conoció al que hoy es su marido, Christian Gálvez.
"Me hace mucha ilusión venir aquí de nuevo, este sitio me cambió la
vida", dice nada más llegar, estusiasta, expresiva. La historia es bien
conocida: él empezó "a tirarme los trastos en directo y pidió mi teléfono y se lo curró mucho".
Pero ella le dijo que estaba preparando sus últimos juegos y que no
podía despistarse. Aún así, el presentador asumió su segundo plano y le
fue a ver durante meses cada semana a Barcelona. ¿El resultado? Una boda y, quizá, una familia "en breve", dice ella.
¿Cómo empezó todo esto de los cuentos?
Llevaba pensándolo muchísimo tiempo. Me pedían mi biografía, pero yo
quería hacer algo para niños, que enseñe a los niños los valores de mi
deporte. Crecí con los dibujos animados 'Piruetas', de Valentina, y ese
referente fue muy importante para mí. De hecho el único que encontré.
Ése y Svetlana Jórkina, una gimnasta real de la antigua Unión Soviética
que me encanta.

No hay comentarios:
Publicar un comentario